El agua potable es un recurso invaluable en nuestro planeta, pero su desigual acceso y gestión tienen un profundo impacto en la equidad de género y en el desarrollo óptimo de las mujeres. En todo el mundo, las mujeres a menudo son las encargadas de recolectar agua, una tarea que consume su tiempo y energía, recursos que podrían destinarse a la educación, el empleo o actividades recreativas.
Según la Organización Mundial de la Salud, en la mayoría de los hogares, las mujeres y niñas mayores de 15 años son las principales buscadoras de agua. Esto se debe a las normas sociales arraigadas y la división tradicional del trabajo por género en los países en desarrollo.
Perú: Un Reflejo de la Realidad Internacional
En Perú, la falta de acceso al agua potable tiene consecuencias similares. En el 61% de los hogares sin acceso al agua potable y con niños menores de 5 años, las mujeres son las principales responsables de recolectar y transportar agua, dedicando hasta 2 horas diarias a esta tarea. Esto limita sus oportunidades para trabajar o acceder a la educación.
Actualmente, 3.5 millones de peruanos carecen de una red pública de agua potable y 6.4 millones no tienen conexiones de alcantarillado. El acceso al agua potable durante el embarazo, parto y período posparto mejora la salud de las mujeres en un 50%.
Educación y Equidad de Género
El acceso a agua potable también influye en el desempeño académico de las niñas. Sin embargo, en 17 regiones de Perú, menos del 50% de las escuelas tienen acceso a este servicio básico, lo que afecta negativamente el rendimiento escolar. Loreto y Ucayali tienen las tasas más bajas, con menos del 20% de escuelas con acceso a agua potable.
La falta de acceso al agua potable puede exponer a las mujeres a enfermedades y complicaciones durante el parto. Además, contribuye a tasas más altas de analfabetismo y abandono escolar en mujeres, según el informe del Banco Interamericano de Desarrollo sobre educación y equidad de género.
Cuando las mujeres no tienen que pasar horas buscando agua, tienen más oportunidades para la educación y el desarrollo personal. El acceso a agua potable y saneamiento no solo mejora la vida de las mujeres, sino que también transforma la sociedad en su conjunto.