Bienvenido Granda: El «Bigote que Canta» que Conquistó el Mundo con su Voz El bolero cubano y la historia de una voz inconfundible.
El Comienzo de una Leyenda
Bienvenido Granda, cuyo nombre completo era Bienvenido Rosendo Granda Aguilera, nació en el barrio de Jesús María, La Habana, Cuba, el 30 de agosto de 1915, un día asociado con la festividad de Santa Rosa. Su vida comenzó con un giro inesperado, ya que quedó huérfano a la temprana edad de seis años. Este evento marcó el inicio de una carrera musical asombrosa que lo llevó a convertirse en una de las voces más icónicas del bolero cubano.
Desde sus primeros años, Granda mostró una inclinación natural hacia la música. Comenzó su andadura musical cantando en los autobuses cubanos, conocidos como «guaguas». Su talento no pasó desapercibido, y a una edad temprana, a los 12 años, ya se había convertido en un «cantante profesional». El mundo de la música lo abrazó rápidamente, y su voz única y su pasión por el canto lo llevaron a nuevos horizontes.
Los Años de Formación
Los siguientes años de la vida de Bienvenido Granda estuvieron marcados por un constante ascenso en el mundo de la música cubana. Se presentó en varias emisoras cubanas, incluyendo C.M.Q., R.H.C., Cadena Azul, Radio Cadena Suaritos y Radio Progreso. Su voz única, ligeramente nasal y con un fraseo especial, lo hizo inconfundible y relajante, perfecto para interpretar tanto boleros sensuales como ardientes guarachas.
Granda tuvo la oportunidad de trabajar con diversas orquestas de renombre, como Los Hermanos Castro, El Conjunto Caney y La Orquesta Riverside. Su reputación creció rápidamente, y su voz se convirtió en una de las más apreciadas en la escena musical cubana.
La Era Dorada con La Sonora Matancera
La carrera de Bienvenido Granda alcanzó su punto culminante cuando se unió a La Sonora Matancera, una de las orquestas más emblemáticas de la música latina. Su llegada a la agrupación marcó un período de grandeza y fama para ambos. Aunque existen discrepancias sobre el año exacto de su incorporación (algunos dicen que en 1940 y otros en 1944), lo cierto es que su particular estilo de canto cautivó a los fanáticos de la legendaria orquesta.
Granda se convirtió en la primera voz de La Sonora Matancera y formó parte del coro junto a Rogelio Martínez y Caíto (Carlos Manuel Díaz Alonso). Esta etapa lo catapultó a la cima de su carrera, convirtiéndose en uno de los cantantes más solicitados de su tiempo.
Durante su tiempo con La Sonora Matancera, Granda grabó 217 canciones, muchas de las cuales se convirtieron en himnos en el Caribe, Centroamérica y Sudamérica. Éxitos como «Angustia,» «Celos Que Matan,» «Con Cuanto Amor,» y «Las Muchachitas Del Cha Cha Chá» resonaron en todo el continente. Además, existen grabaciones en vivo de su tiempo con la orquesta que los coleccionistas consideran verdaderas joyas.
De Colombia a México: Nuevas Aventuras
Tras su partida de La Sonora Matancera, Bienvenido Granda emprendió una nueva aventura en Colombia y posteriormente en México. Continuó grabando y actuando con diferentes orquestas, manteniendo viva su pasión por la música. Colombia fue una etapa significativa en su carrera, donde realizó excelentes grabaciones para el sello Tropical, con el acompañamiento de la Sonora Tropical del maestro colombiano Juancho Esquivel.
Su amor por México lo llevó a establecerse en este país, al que adoptó como su segunda patria. Allí actuó con algunas de las orquestas y artistas más prestigiosos, incluyendo Rafael De Paz, Dámaso Pérez Prado, la Sonora Mexicana, el Cuarteto de Oro y muchos otros. Su voz se mezcló con la de los grandes artistas de la época, como Javier Solís, Lola Beltrán y Virginia López.
Un Regreso Inesperado
La historia de Bienvenido Granda tuvo un sorprendente giro cuando se volvió a encontrar con La Sonora Matancera en México. A través de videos inéditos, se puede ver su reunión con la legendaria orquesta en 1975, donde interpretó canciones como «Calla» de Pablo Lango. Esta emocionante reunión demostró que la música tiene el poder de superar diferencias y rivalidades.
La impresionante carrera de Bienvenido Granda llegó a su fin en la madrugada del 9 de julio de 1983 en la Central Quirúrgica de la Ciudad de México, a la edad de 68 años. Su fallecimiento se debió a complicaciones gastrointestinales agravadas por una afección pulmonar que había estado padeciendo. Con su partida, se silenció la voz de uno de los más grandes exponentes del bolero y la guaracha en Cuba y en toda la música popular latinoamericana.
A pesar de su partida, el legado musical de Bienvenido Granda continúa vivo. Sus contribuciones a la música, su voz inigualable y su pasión por el bolero perduran en la memoria colectiva y en la rica herencia musical de América Latina. Su legado sigue inspirando a nuevas generaciones de amantes de la música romántica en todo el mundo.